Por Jesica Rodriguez. Licenciada en Comunicación Social, Universidad Nacional de La Plata.-
“Los hombres
no lloran, si lloras no eres hombre. Los hombres no deben ser débiles, si
expresas lo que sientes eres débil, si sientes no eres hombre. Los hombres son más
hombres cuando son padres de hijos varones. Los hombres no son mujeres, si
haces cosas de mujer ya no eres hombre. Los hombres tienen el poder, si no
tienes poder no eres hombre. Los hombres son fuertes y agresivos, si te
muestras pacífico no eres hombre. Estas frases representan algunos de los
mandatos con los que los hombres, desde niños, construyen su masculinidad día a
día. (…)”. (Héctor Pizarro, Porque soy hombre, una visión a la nueva
masculinidad. EDITORIAL UJED.2006.)
… Cuando
me enteré que había una fecha que homenajeaba a los hombres me pregunté ¿a que
hombres?, y esa pregunta me surgió inmediatamente porque ese día, la revista People
anunciaba, en “homenaje” al Dia Internacional del hombre, al más sexy del mundo.
¿Quién era el hombre más sexy del mundo?, el actor Chris Hemsworth, mejor
conocido por interpretar en una película el personaje de Thor.
Entonces dije ¿esto es homenajear el Día del
Hombre? ¿Qué quiere decirme People con esto? ¿Que los hombres
deben ser como Thor? , ¿Fuertes, arrogantes, provocadores, agresivos; sumado esto,
rubios de ojos azules? Comencé a enfadarme.
Para mí, que nunca escuché sobre este día me
pareció un invento faltando una semana para el Día Internacional de la Lucha
contra la Violencia hacia la Mujer (25 de Noviembre), una provocación de
algunos o algunas (porqué no) intentando reforzar, enaltecer la figura del
hombre macho.
Pero no, inmediatamente comencé a investigar, y
sí, mis sospechas lo confirmaban; había, existía un Día del Hombre, cuyo
objetivos, según la Organización de Naciones Unidas (ONU) son, “promover la igualdad de
género, resaltar el rol positivo de los varones, celebrar la masculinidad y las
contribuciones de varones jóvenes y adultos a su comunidad y sociedad”.
Además
de “promover
modelos masculinos positivos, no sólo las estrellas de cine y deportes de los
hombres, sino los de todos los días, los hombres trabajadores de clase media
que viven vidas decentes.
Celebrar las contribuciones positivas de los
hombres a la sociedad, comunidad, familia, matrimonio, cuidado de niños, y para
el medio ambiente. Centrarse en la salud y el bienestar de los hombres, social,
emocional, físico y espiritual.
Poner de relieve la discriminación
contra los hombres, en las áreas de servicios sociales, las actitudes y
expectativas sociales, y la ley. Mejorar
las relaciones de género y promover la igualdad de género”. (En Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_Internacional_del_Hombre)
La
idea de instaurar el DIH fue apoyada por Naciones Unidas y creada el 19 de
noviembre de 1999. Recuerdo
decir a mis hermanos: “Y si hay un Día de la mujer, porqué no del hombre”,
tenían razón.
Pero, ¿era necesario compararlos con el Dios del
trueno para homenajearlos? Si era necesario, claramente lo era. Hay que seguir
reforzando la figura del hombre-macho poderoso.
Porqué los medios de comunicación , formadores y
hacedores de la opinión pública, en lugar de continuar legitimando esta figura del
hombre “Thor”, no ponen en cuestión el modelo de masculinidad en el que fueron
criados los hombres.
O porqué no se preguntan ¿cómo los hombres construyen
su masculinidad?, y sí la construyen, cómo lo hacen; es ¿siguiendo los mandatos
del patriarcado o rebelándose ante ellos?
Se conoce que son muchos los grupos de hombres,
colectivos, que están comenzando a rebelarse contra los viejos mandamientos del
sistema que les impone ser un hombre Thor; y en el que se preguntan por qué solo por el hecho de ser
hombres, se les censura exteriorizar sentimientos
o emociones que se consideran propios de las mujeres; o deban cumplir con
ciertas expectativas como ser valientes, exitosos, agresivos, poderosos, y
heterosexuales.
Ejemplos de ello son el Colectivo de Varones Antipatriarcales de la Ciudad de Buenos Aires, donde
un grupo de jóvenes pone en cuestión el modelo de masculinidad en el que fueron y son
formados como varones y que los constituye como sujetos sociales; o los grupos de hombres en España que pelean por
ganarse un lugar en la crianza de sus hijos, y que no quede sólo relegado a las
madres, las cuales históricamente han sido elegidas para llevar adelante ese
papel.
Respecto a eso, Héctor Pizarro, psicólogo mexicano
y que escribe desde una perspectiva de género afirma en su libro “Porque soy
hombre” (Héctor Pizarro, Porque soy
hombre, una visión a la nueva masculinidad. EDITORIAL
UJED.2006) que “nos ha tocado por educación, cultura o
costumbre el rol de ser los fuertes, los proveedores, los insensibles, y
durante mucho tiempo ha sido así”, afirma.
Y agrega: “Los
roles enérgicos de género, los estereotipos y las normas sociales nos han
encajado en un armazón de dureza, de insensibilidad, sin que nadie se haya
preocupado por saber si es lo adecuado o si al hombre se le ha preguntado si es
feliz con su rol”, sostiene el autor. La revista People y la sociedad en
su conjunto deberían repensar eso.
Las
cuestiones de género no son sólo un asunto de mujeres…
Ya he advertido que este medio no tiene como
objetivo ser único vocero de un sexo u otro, no. Por lo menos para mí. Y he
dicho también que los hombres de la misma manera que las mujeres son víctimas
de este sistema capitalista, patriarcal y machista.
Además, y resulta justo destacar, el origen de los estudios sobre hombres y
masculinidades, son resultado de las influencias de las teorías feministas anglosajonas
en los años ochenta, donde ya imperaba una preocupación por la desigualdad, la
violencia y la coerción dentro de las relaciones de género.
En este
camino aparecieron reflexiones y
estudios acerca de la condición de los hombres que demostraron que los
comportamientos, las creencias y las actividades individuales reproducen formas
socialmente establecidas de vivir y expresar la masculinidad que a menudo
frenan la construcción de otras posibilidades de convivencia más justas y
equitativas, y de otras formas de hacer, pensar, sentir y actuar tanto de
hombres como de mujeres.
Es preciso reparar en esto, para no caer siempre
en esa vieja bipolaridad de mujeres vs hombres, donde lo único que se logra
es acrecentar aun mas las diferencias
sin llegar a que logremos ser esa sociedad más equitativa que queremos para
terminar con la desigualdad de género. Por
ende, los estudios de género no son solo un asunto de mujeres.
Por ello, homenajearlos sin caer en frivolidades
como “el hombre más sexy del mundo”, donde se refuerza la idea del hombre
macho, blanco, heterosexual, y poderoso; ni embaucarnos en el viejo mito de “la
guerra de los sexos” sería un comienzo.
Referencias del Texto (Enlaces relacionados con la temática)
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