Por Jésica Rodríguez.- Licencia en Comunicación Social.- UNLP.-
En el marco de mi tesis de grado “La violencia de género en los medios de comunicación”, y con el
objetivo de reflexionar sobre los sentidos sociales que se
construyeron y se construyen alrededor de la violencia de género, realicé una investigación sobre el rol de los
medios y las maneras de referirse a la problemática en Argentina; cómo estos, a través del uso de un
lenguaje que revictimiza y discrimina a las mujeres, han colaborado y colaboran
aún con
el sistema patriarcal vigente.
Esto implicaba
además, remarcar
las diferentes
estrategias discursivas de las que se valieron y valen los medios (esto por
medio de distintas categorías de la lingüística) para hacer referencia a la
problemática.
Pero me
permitía también, poder advertir continuidades y rupturas discursivas e indagar
sí es suficiente con la inclusión de los términos “femicidios” y “violencia de
género” que comienzan a
utilizar lxs periodistas, o si se aprecia algún compromiso por erradicar la
violencia contra las mujeres. Para esto llevé a cabo un análisis del discurso desde la teoría
lingüística de la enunciación.
En ese
sentido, tomé como relevante estudiar
dos casos emblemáticos en Argentina, como fueron los feminicidios cometidos por
el odontólogo Ricardo Barreda[i]
el 15 noviembre de 1992 y los de La Loma[ii],
ocurridos el 26 noviembre de 2011, ambos en la ciudad de La Plata, provincia de
Buenos Aires.
Seleccioné estos hechos
por la enorme trascendencia que generaron para el movimiento de mujeres
y feminista de la región, como por el alto interés e impacto mediático que
tuvieron trascendiendo las fronteras locales.
Vale recordar, en alusión al caso Barreda, el
apoyo social y mediático que tuvo el femicida una vez conocido el hecho. Tanto fue
la resonancia que generó en la cultura popular que se promovieron canciones,
libros y programas televisivos dedicados a este.
Lo
que me recordó lo escrito en artículos anteriores cuando hacía referencia al
PATRIARCADO, a este sistema social, cultural, económico y político que nos
forma como sujetos y sujetas; y con el que se convive diariamente.
El
cuádruple feminicidio cometido por Ricardo Barreda, deja entrever además cómo
se ponen en juego los mandatos sociales, y las relaciones de poder entre los
géneros en la vida cotidiana; el odontólogo convivía con su mujer, sus hijas y
su suegra pero no se llevaba bien con ninguna y argumentó que fueron los malos
tratos que recibía por parte de las mujeres lo que llevó a asesinarlas.
Mientras que el
cuádruple feminicidio de La Loma, ocurrido el 26 de noviembre de 2011 en la
ciudad de La Plata, me interesó porque se
volvía a repetir en la ciudad un cuádruple feminicidio y donde el principal acusado
es la ex pareja de una de las víctimas.
Las cuatro mujeres fueron
asesinadas a puñaladas pero fue Bárbara Santos (29), ex pareja del sospechado
de haberlas matado, Osvaldo Martinez, quién mas heridas recibió: 32.
Asimismo, este caso resultó interesante
para la investigación porque confirmaba
algunas de las premisas enunciadas y sostenidas por la investigadora Rita
Segato en su artículo “¿Qué es
un femicidio. Notas para un debate emergente” (Segato, 2006) cuando hace referencia a cómo las marcas inscriptas en los
cuerpos femeninos (las mismas pueden ser a través de la violencia física y/o
sexual) devienen en mensaje hacia las
mujeres. Pero también para unos, para la sociedad y para el Estado.
Este mensaje está relacionado
con el dominio y la posesión que el asesino puede permitirse sobre la victima
pero también para advertirle a ésta sobre las consecuencias que implica pasar
los limites.
Es decir, Osvaldo Martinez, sospechoso de
asesinar a su pareja Bárbara Santos (29), a la hija de ésta, Micaela
Galle Santos (11); a su amiga, Marisol Pereyra (30) y a Susana Bártole (63),
mamá de Bárbara, no sólo deja entrever la impunidad del femicida sino que pone
en claro la amalgama de la violencia machista: el creer tener posesión sobre la
mujer y sobre los suyos. Martínez, no solo habría asesinado a su ex novia sino
que también habría hecho lo propio con la hija de ella, su madre y su amiga.
En resumen
seleccioné estos casos porque me permitía hacer un análisis comparado en cuanto al abordaje que le dieron los medios al
tema de la violencia contra las mujeres antes y después de su irrupción
mediática, ya que ocurrieron en distintos momentos históricos, uno en la década
del 90, y otro en 2011.
Y porque me permitía además, advertir similitudes y/o diferencias entre
uno y otro; señalar rupturas o
continuidades discursivas en cuanto a la manera de referirse a la problemática
por parte de los medios; y a observar si el concepto de violencia de género era
utilizado por lxs periodistas. Y si era así, de qué modo y en qué contexto era mencionado
el término.
De esta manera, el estudio, que giró en torno a la cuestión del binomio
femenino-masculino (es decir cómo aparecían víctimas y victimarios; cómo eran
representados varones y mujeres en los artículos seleccionados; y qué roles
sexuales y sociales aparecían en permanente disputa), a cómo aparecía el
concepto de feminicidio en los medios gráficos seleccionados ( esto en relación
a cómo eran nombrados cada uno
de los casos, o cuáles eran los términos que utilizaban los medios para hablar
sobre violencia hacia las mujeres); y a mis preguntas de investigación[iii],
me llevó a las siguientes conclusiones:
Desde el momento en que se hiciera público el
feminicidio de Wanda Taddei[iv],
ocurrido en febrero de 2010, comenzaron
a cobrar mayor visibilidad en los matutinos argentinos nociones que antes
aparecían de forma muy aislada como violencia de género o femicidio.
Sin embargo, por medio del uso de diferentes
categorías de la lingüística los medios enmarcaban aún las muertes de las mujeres desde la
lógica del crimen pasional.
Lo que me llevó a sostener lo siguiente: todavía en los medios de
comunicación hay continuidad en las maneras de construir discursivamente el
asesinato de mujeres pero también hay una ruptura.
Ruptura, por la incorporación de los términos que empiezan a
usar actualmente los matutinos pero que son insuficientes porque la manera de
relatar los hechos de violencia de género en la Argentina no han cambiado desde
que se hiciera público el cuádruple feminicidio cometido por Ricardo Barreda
contra su familia en 1992.
A pesar de utilizar las palabras “femicidio” o “violencia de
género” estas aparecen vaciadas del significado crítico y político con que
fueron acuñadas por el feminismo.
Hoy, si bien los medios ya no utilizan explícitamente el
término de “crimen pasional” para referirse a estos hechos, han encontrado sin
embargo una nueva estrategia para seguir encuadrándolos dentro de esta lógica y
para legitimar la violencia contra las mujeres; y es: incorporando conceptos feministas
en sus notas quitándoles su sentido político, es decir resignificándolos en
clave patriarcal.
Se ve un intento de apropiación,
cooptación de dos conceptos claves que
explican la violencia de género en el marco de un sistema de dominación para
inscribirlos nuevamente en la ideología del crimen pasional.
Por ejemplo,
al momento de referirse a las víctimas y victimarios, los medios osan
por continuar representándolos de manera desigual. Es decir, mientras los
acusados sí son nombrados por sus profesiones o actividades que realizan,
aunque entre sí eran representados de diferentes maneras por los matutinos, y
esto tenía que ver por las clases sociales que cada uno representaba, para mencionar a
las victimas los matutinos siempre recurrieron en nombrarlas en función del
parentesco que estas podían tener con los acusados.
Para el caso de
Barreda, observé que tanto en
Clarín como en Página 12 las víctimas eran mencionadas en relación con su
victimario: “suegra”, “hijas”, “esposa”, “mujer” eran las definiciones que mas aparecían;
a pesar de que sus hijas eran igualmente reconocidas profesionales como su
padre era insistente también el signo de pertenencia que utilizaban los
matutinos por medio de los pronombres posesivos como “sus hijas”, “su suegra” o
“su esposa”.
Para el caso del cuádruple feminicidio de La
Loma sucedía lo mismo. Si bien los matutinos no hacían eje en la relación
parental que pudiera unir a las victimas con el acusado, Osvaldo Martínez, sin
embargo se referían a la familiaridad que había entre las mujeres: “madre”,
“hija”, “nieta” y “amiga” eran palabras que se repetían.
En síntesis, descubrí, entonces que las mujeres no son
presentadas en tanto individuas, en función de sus profesiones o actividades en
los espacios públicos sino siempre en el marco de las relaciones privadas.
De esta manera, las
mujeres son ubicadas en el lugar de la “Otra”, lo cual supone hacer
referencia a lo distinto, lo diferente. Aunque, hablar de una “Otra”, concepto
adoptado por Simone De Beauvior (1949)
para mencionar el lugar desde el que
fue definida la mujer por los hombres, implica pensarla en términos de
desigualdad y sumisión de las mujeres.
Asimismo, la revictimización de las mujeres fue otra de las
puestas en escena de los medios para referirse a ellas.
Darle a los hechos un enfoque sensacionalista ( los
diarios acudieron constantemente a hacer una descripción excesiva de cómo se fueron
dando los asesinatos), descontextualizar
los feminicidios(reduciendo el problema al ámbito privado o a una discusión
familiar; o enfocándose en los detalles escabrosos como la mecánica de los
asesinatos, o relatar los hechos como sucesos aislados) y justificar estos (a través de culpabilizar a las
víctimas de sus propias muertes, situar los celos o los supuestos
desequilibrios mentales de los asesinos como motivo) son otros de los ejemplos
de que se continúan enfocando los feminicidios desde la lógica del crimen
pasional.
Los ejemplos a citar a continuación son una clara
demostración que no alcanza con hacer mera mención de los conceptos si no hay
un verdadero compromiso por parte de lxs sujetxs que tienen la obligación desde
su lugar como comunicadores/as de deconstruir viejos conceptos, símbolos, mitos
que perpetuán la violencia hacia nosotras.
Algunos ejemplos de cómo fueron
abordados los feminicidios cometidos por Ricardo Barreda y el cuádruple
feminicidio de La Loma con la incorporación de los conceptos “femicidio” y
“violencia de género” aunque vaciados de su sentido crítico y feminista:
Diarios
Clarín y Pagina 12 de Argentina
“El verano pasado, en enero o febrero, fui a atenderme a su
consultorio
–dijo a Clarín una amiga del dentista que pidió no se publicara su nombre-. Tenía
un golpe tremendo en la mejilla. Empezó a contarme que ese golpe se lo había
dado una de sus hijas, creo que fue Cecilia. Me puso mal escuchar eso y traté
de cambiar de conversación, pero él insistía con que lo habían golpeado”.
(Edición del diario Clarín del jueves 19 de noviembre de 1992)
“… el móvil – o más bien el detonante que llevó al descontrol
a este profesional de sólido prestigio en la conservadora sociedad de la
capital bonaerense – fueron las “continuas y graves desavenencias familiares
que arrastraba”.”
(Edición del diario Página 12 del miércoles 18 de noviembre de 1992)
“… se encontró con los cuerpos de su
esposa, Gladis Elena Margarita Mc Donald, de 57 años; su suegra,
Elena Arreche de Mac Donald (86), y de sus dos hijas, Cecilia
(26) y Adriana (24)…” (Edición del diario Clarín del martes 17 de noviembre de 1992)
“Feroz crimen de
una mujer, su hija, su madre y una amiga” (Edición del Diario Clarín del lunes
28 de noviembre de 2011)
“Ricardo Alberto Barreda, un conocido odontólogo platense,
volvió a su casa de dos pisos el domingo a la medianoche y se encontró con los
cuerpos de su esposa, Gladys Margarita Elena Mac Donald, de 57 años; su suegra
Elena Arreche de Mac Donald (86), de sus dos hijas, Cecilia (26) y Adriana (24)
diseminados por varios ambientes de la planta baja, según denunció mas tarde a la
policía.” (Edición
del diario Clarín del …
“El único sospechoso es un karateca.” (Edición de Clarín del martes 29 de noviembre de 2011.)
“… Las cuatro mujeres
fueron encontradas muertas a escopetazos el domingo pasado en su
casa de la calle 48.” (Clarín del miércoles 18 de noviembre de 1992)
“… sobre todo en el caso de las jóvenes, habría además
señales de un escopetazo.”(Edición
de Pagina 12 del martes 17 de noviembre de 1992)
“… La matanza duró pocos minutos y fue en pocos metros. (…)” (Edición de Clarín del lunes 28 de
noviembre de 2011)
“… Una discusión que tuvo el domingo 15, a la mañana, con su
mujer, Gladys, y su hija menor, Adriana, habría sido el detonante que hizo
estallar la masacre.” (Edición del diario
Clarín del domingo 22 de noviembre de 1992)
Barreda expondrá su versión de la tragedia en la que
puso fin a su familia.”… (Edición del diario Página 12 del 24 de noviembre de 1992)
“… Una “explosión de ira”,
atribuible a los celos que tenía por Bárbara, habría provocado la
matanza de las cuatro mujeres. (…)” (Clarín del martes 29 de
noviembre de 2011)
“... La
masacre fue descubierta el domingo temprano por un vecino que vio correr
sangre debajo de la puerta del PH en el tranquilo barrio La Loma. (…) (Edición de Pagina 12 del
martes 29 de noviembre de 2011)
“… El vecino bioquímico, quien avisó al 911, alcanzó a ver
los charcos de sangre y a las mujeres muertas, desparramadas
entre el living y la cocina. También había platos rotos, cuchillos en el suelo y el palo de amasar como evidencia
macabra. (…)” (Clarín del lunes 28 de noviembre de 2011)
“El testimonio resulta un soporte de la hipótesis del fiscal
para atribuirle “agresiva celopatía” a la conducta del presunto
matador”.
(Edición del diario Clarín del miércoles 30 de noviembre de 2011.)
“Nunca
existió un hecho de violencia, jamás hubo una agresión de él hacia ella, no hay
ningún testigo en la causa que diga que la golpeaba o que la celaba
públicamente. Reconoció, sí, que era celoso, pero como cualquier persona”,
sostuvo ayer Beley, sobre su defendido.” (Edición del diario Página 12 del
miércoles de noviembre de 2011)
“… El estudio hace reflexionar no sólo sobre
esos crímenes,
cometidos en su mayoría por las parejas de las víctimas, sino que ese espiral
de locura y muerte tiene otra cara. Son las victimas colaterales de
esta tragedia
(…)
“… El
término femicidio fue lamentablemente ganando
terreno en la sociedad. (…)”
““Evidentemente es un femicidio, esté o no como figura del Código
Penal”, aseguró a este diario Susana Chirott, experta en violencia de género de
la OEA. (… )La jefa del Gabinete de la Comisión Nacional Coordinadora de
Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género (Consavig),
Claudia Perugino … criticó la falta de un plan concreto de seguridad para la prevención
de estos crímenes que se basan en “la
creencia histórica de que las mujeres estamos más en peligro estando en la
calle, cuando en realidad los que más nos matan son nuestros afectos”.”
“Rastros y huellas del crimen” (Página 12
del martes 29 de noviembre de 2011)
“Según el doctor Campo, el dentista
Barreda le contó al juez que su mujer le dijo: “¡Andá, Conchita, y arreglá la
parra, y ojalá te caigas y te mates!” (Edición del diario Clarín del viernes 27 de
noviembre de 1992)
“…. Con referencia a la furia asesina expuesta por el autor de la
masacre, el doctor Rojas Rodriguez dijo que “existe una ambivalencia en
estos estados de paranoia, delirio y brote sicótico”.” (Diario Clarín, edición del miércoles
18 de noviembre de 1992.)
““Pudo haber tenido “una explosión de ira”,
arriesgó ayer el fiscal Alvaro Garganta sobre el autor del cuádruple crimen
platense.”…” (Página 12, edición del martes 29 de noviembre de 2011)
Lo que invita
a reflexionar lo siguiente: Un lenguaje no sexista implica un enfoque feminista
y de género, un cambio de paradigma, no el mismo paradigma patriarcal que usa
palabras del feminismo.
Por eso, cuando hago mención a las rupturas discursivas,
estas se hayan solo en la incorporación de los términos, no así en el análisis
de la problemática que continua siendo el mismo.
Los medios, permanecen cómplices con el patriarcado al
mantener el sentido sexista en sus notas aunque utilicen en ellas palabras
feministas, lo que transforma a esto en una nueva estrategia de los medios de
comunicación para continuar legitimando y perpetuando la violencia contra las
mujeres.
Algunos artículos de Clarín y Página 12 que hacen referencia
los feminicidios:
[i] El 15 de noviembre
de 1992, en su casa, ubicada en la calle 48, pleno centro de la ciudad de La
Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina el odontólogo Ricardo Barreda
asesina a escopetazos a su esposa Gladys McDonald (de 57 años), a su suegra
Elena Arreche (de 86 años) y a sus dos hijas Cecilia (de 26) y Adriana (de 24),
quienes eran odontóloga
y abogada
respectivamente.
Los asesinatos inmediatamente tuvieron trascendencia. El feminicida recibió el apoyo
de la sociedad y de los medios una vez conocido el hecho. Tal es la resonancia
que generaron los feminicidios en la cultura popular que se promovieron canciones, libros y
programas televisivos dedicados a Barreda.
[ii] El cuádruple
feminicidio de La Loma, ocurrió el 26 de noviembre de 2011 en la ciudad de La
Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina. Repitiéndose nuevamente en dicha
ciudad un cuádruple feminicidio y donde el principal acusado es un
familiar, en esta ocasión se trataba de
la ex pareja de una de las víctimas. Las cuatro mujeres fueron asesinadas a puñaladas pero fue Bárbara Santos
(29), ex pareja del sospechado de haberlas matado, Osvaldo Martinez, quién mas
heridas recibió: 32. Además de ella fueron asesinadas su hija, Micaela Galle
Santos (11), su madre, Susana Bartole (63); y la amiga de esta, Marisol Pereyra
(30).
[iii] Las preguntas de mi investigación
giraron en torno a: ¿Cómo nombran o
construyen discursivamente los medios los casos? ¿De qué forma y en qué
discursos aparece la categoría de feminicidio? Y ¿A través de qué estrategias
discursivas se menciona en cada medio a los actores sociales involucrados
(víctimas y victimarios)?
[iv]Tenía el 60% del cuerpo quemado. Internada desde el 10 de febrero en el Hospital del Quemado, falleció el 21 de febrero por las graves quemaduras que sufrió. Para que soportara el dolor estuvo en coma farmacológico desde el día que la internaron. Nunca pudo relatar lo sucedido. Su esposo Eduardo Vázquez de 33 años, fue detenido como presunto responsable del hecho y posteriormente liberado. De acuerdo a sus dichos fue un accidente en el medio de una discusión. Tras la muerte de Wanda Taddei su padre Jorge Taddei, se presentó como querellante en la causa. Declaró ante la justicia que la noche de la tragedia su nieto e hijo de Wanda Taddei un menor de 5 años, le contó que escucho a su madre decirle a Vázquez “Me vas a matar”. “El juez Daffis Niklison, tras evaluar que los elementos de prueba reunidos en el sumario eran insuficientes tanto para procesar como para desvincular al músico de la causa por presunta tentativa de homicidio de su cónyuge, dicto la falta de mérito y ordenó su "inmediata libertad”. Fuente: grupoemedios.com. En: OBSERVATORIO DE FEMICIDIOS EN ARGENTINA DE LA SOCIEDAD CIVIL “ADRIANA MARISEL ZAMBRANO” Informe de Investigación de Femicidios en Argentina 1º de enero al 30 de junio de 2010.