viernes, 22 de septiembre de 2017

La nueva estrategia de los medios de comunicación para legitimar la violencia contra las mujeres

Por Jésica Rodríguez.- Licencia en Comunicación Social.- UNLP.-


En el marco de mi tesis de grado “La violencia de género en los medios de comunicación”, y con el objetivo de reflexionar sobre los sentidos sociales que se construyeron y se construyen alrededor de la violencia de género,  realicé una investigación sobre el rol de los medios y las maneras de referirse a la problemática en Argentina; cómo estos, a través del uso de un lenguaje que revictimiza y discrimina a las mujeres, han colaborado y colaboran aún con el sistema patriarcal vigente.

Esto implicaba además, remarcar las diferentes estrategias discursivas de las que se valieron y valen los medios (esto por medio de distintas categorías de la lingüística) para hacer referencia a la problemática.

Pero me permitía también, poder advertir continuidades y rupturas discursivas e indagar sí es suficiente con la inclusión de los términos “femicidios” y “violencia de género” que comienzan a utilizar lxs periodistas, o si se aprecia algún compromiso por erradicar la violencia contra las mujeres. Para esto llevé a cabo un análisis del discurso desde la teoría lingüística de la enunciación.

En ese sentido, tomé como relevante estudiar dos casos emblemáticos en Argentina, como fueron los feminicidios cometidos por el odontólogo Ricardo Barreda[i] el 15 noviembre de 1992 y los de La Loma[ii], ocurridos el 26 noviembre de 2011, ambos en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires.

Seleccioné estos hechos por la enorme trascendencia que generaron para el movimiento de mujeres y feminista de la región, como por el alto interés e impacto mediático que tuvieron trascendiendo las fronteras locales.

Vale recordar, en alusión al caso Barreda,  el apoyo social y mediático que tuvo el femicida una vez conocido el hecho. Tanto fue la resonancia que generó en la cultura popular que se promovieron canciones, libros y programas televisivos dedicados a este.

Lo que me recordó lo escrito en artículos anteriores cuando hacía referencia al PATRIARCADO, a este sistema social, cultural, económico y político que nos forma como sujetos y sujetas; y con el que se convive diariamente.

El cuádruple feminicidio cometido por Ricardo Barreda, deja entrever además cómo se ponen en juego los mandatos sociales, y las relaciones de poder entre los géneros en la vida cotidiana; el odontólogo convivía con su mujer, sus hijas y su suegra pero no se llevaba bien con ninguna y argumentó que fueron los malos tratos que recibía por parte de las mujeres lo que llevó a asesinarlas.

Mientras que el cuádruple feminicidio de La Loma, ocurrido el 26 de noviembre de 2011 en la ciudad de La Plata, me interesó porque  se volvía a repetir en la ciudad un cuádruple feminicidio y donde el principal acusado es la ex pareja de una de las víctimas.

 Las cuatro mujeres fueron asesinadas a puñaladas pero fue Bárbara Santos (29), ex pareja del sospechado de haberlas matado, Osvaldo Martinez, quién mas heridas recibió: 32.

Asimismo, este caso resultó interesante para la investigación  porque confirmaba algunas de las premisas enunciadas y sostenidas por la investigadora Rita Segato en su artículo ¿Qué es un femicidio. Notas para un debate emergente (Segato, 2006) cuando hace referencia a cómo las marcas inscriptas en los cuerpos femeninos (las mismas pueden ser a través de la violencia física y/o sexual)  devienen en mensaje hacia las mujeres. Pero también para unos, para la sociedad y para el Estado.

Este mensaje está relacionado con el dominio y la posesión que el asesino puede permitirse sobre la victima pero también para advertirle a ésta sobre las consecuencias que implica pasar los limites.

 Es decir, Osvaldo Martinez, sospechoso de asesinar a su pareja Bárbara Santos (29), a la hija de ésta, Micaela Galle Santos (11); a su amiga, Marisol Pereyra (30) y a Susana Bártole (63), mamá de Bárbara, no sólo deja entrever la impunidad del femicida sino que pone en claro la amalgama de la violencia machista: el creer tener posesión sobre la mujer y sobre los suyos. Martínez, no solo habría asesinado a su ex novia sino que también habría hecho lo propio con la hija de ella, su madre y su amiga.

En resumen seleccioné estos casos porque me permitía hacer un análisis comparado en cuanto al abordaje que le dieron los medios al tema de la violencia contra las mujeres antes y después de su irrupción mediática, ya que ocurrieron en distintos momentos históricos, uno en la década del 90, y otro en 2011.

Y porque me permitía además,  advertir similitudes y/o diferencias entre uno y otro; señalar  rupturas o continuidades discursivas en cuanto a la manera de referirse a la problemática por parte de los medios; y a observar si el concepto de violencia de género era utilizado por lxs periodistas. Y si era así, de qué modo y en qué contexto era mencionado el término.

De esta manera, el estudio, que  giró en torno a la cuestión del binomio femenino-masculino (es decir cómo aparecían víctimas y victimarios; cómo eran representados varones y mujeres en los artículos seleccionados; y qué roles sexuales y sociales aparecían en permanente disputa), a cómo aparecía el concepto de feminicidio en los medios gráficos seleccionados ( esto en relación a cómo eran nombrados cada uno de los casos, o cuáles eran los términos que utilizaban los medios para hablar sobre violencia hacia las mujeres); y a mis preguntas de investigación[iii], me llevó a  las siguientes conclusiones:
Desde el momento en que se hiciera público el feminicidio de Wanda Taddei[iv], ocurrido en febrero de  2010, comenzaron a cobrar mayor visibilidad en los matutinos argentinos nociones que antes aparecían de forma muy aislada como violencia de género o femicidio.
Sin embargo, por medio del uso de diferentes categorías de la lingüística los medios enmarcaban aún las muertes de las mujeres desde la lógica del crimen pasional.
Lo que me llevó a sostener lo siguiente: todavía en los medios de comunicación hay continuidad en las maneras de construir discursivamente el asesinato de mujeres pero también hay una ruptura.
Ruptura, por la incorporación de los términos que empiezan a usar actualmente los matutinos pero que son insuficientes porque la manera de relatar los hechos de violencia de género en la Argentina no han cambiado desde que se hiciera público el cuádruple feminicidio cometido por Ricardo Barreda contra su familia en 1992.

A pesar de utilizar las palabras “femicidio” o “violencia de género” estas aparecen vaciadas del significado crítico y político con que fueron acuñadas por el feminismo.

Hoy, si bien los medios ya no utilizan explícitamente el término de “crimen pasional” para referirse a estos hechos, han encontrado sin embargo una nueva estrategia para seguir encuadrándolos dentro de esta lógica y para legitimar la violencia contra las mujeres; y es: incorporando conceptos feministas en sus notas quitándoles su sentido político, es decir resignificándolos en clave patriarcal.

 Se ve un intento de apropiación, cooptación  de dos conceptos claves que explican la violencia de género en el marco de un sistema de dominación para inscribirlos nuevamente en la ideología del crimen pasional.

Por ejemplo,  al momento de referirse a las víctimas y victimarios, los medios osan por continuar representándolos de manera desigual. Es decir, mientras los acusados sí son nombrados por sus profesiones o actividades que realizan, aunque entre sí eran representados de diferentes maneras por los matutinos, y esto tenía que ver por las clases sociales que cada uno representaba,  para mencionar a las victimas los matutinos siempre recurrieron en nombrarlas en función del parentesco que estas podían tener con los acusados.
Para el caso de Barreda, observé  que tanto en Clarín como en Página 12 las víctimas eran mencionadas en relación con su victimario: “suegra”, “hijas”, “esposa”, “mujer” eran las definiciones que mas aparecían; a pesar de que sus hijas eran igualmente reconocidas profesionales como su padre era insistente también el signo de pertenencia que utilizaban los matutinos por medio de los pronombres posesivos como “sus hijas”, “su suegra” o “su esposa”.
Para el caso del cuádruple feminicidio de La Loma sucedía lo mismo. Si bien los matutinos no hacían eje en la relación parental que pudiera unir a las victimas con el acusado, Osvaldo Martínez, sin embargo se referían a la familiaridad que había entre las mujeres: “madre”, “hija”, “nieta” y “amiga” eran palabras que se repetían.
En síntesis, descubrí, entonces que las mujeres no son presentadas en tanto individuas, en función de sus profesiones o actividades en los espacios públicos sino siempre en el marco de las relaciones privadas.

De esta manera, las mujeres son ubicadas en el lugar de la “Otra”, lo cual supone hacer referencia a lo distinto, lo diferente. Aunque, hablar de una “Otra”, concepto adoptado por  Simone De Beauvior (1949) para mencionar  el lugar desde el  que  fue definida la mujer por los hombres, implica pensarla en términos de desigualdad y sumisión de las mujeres.

Asimismo, la revictimización de las mujeres fue otra de las puestas en escena de los medios para referirse a ellas.

Darle a los hechos un enfoque  sensacionalista ( los diarios acudieron constantemente a hacer una descripción excesiva de cómo se fueron dando los asesinatos),  descontextualizar los feminicidios(reduciendo el problema al ámbito privado o a una discusión familiar; o enfocándose en los detalles escabrosos como la mecánica de los asesinatos, o relatar los hechos como sucesos aislados) y justificar  estos (a través de culpabilizar a las víctimas de sus propias muertes, situar los celos o los supuestos desequilibrios mentales de los asesinos como motivo) son otros de los ejemplos de que se continúan enfocando los feminicidios desde la lógica del crimen pasional.

Los ejemplos a citar a continuación son una clara demostración que no alcanza con hacer mera mención de los conceptos si no hay un verdadero compromiso por parte de lxs sujetxs que tienen la obligación desde su lugar como comunicadores/as de deconstruir viejos conceptos, símbolos, mitos que perpetuán la violencia hacia nosotras.

Algunos ejemplos de cómo fueron abordados los feminicidios cometidos por Ricardo Barreda y el cuádruple feminicidio de La Loma con la incorporación de los conceptos “femicidio” y “violencia de género” aunque vaciados de su sentido crítico y feminista:

Diarios Clarín y Pagina 12 de Argentina

“El verano pasado, en enero o febrero, fui a atenderme a su consultorio –dijo a Clarín una amiga del dentista que pidió no se publicara su nombre-. Tenía un golpe tremendo en la mejilla. Empezó a contarme que ese golpe se lo había dado una de sus hijas, creo que fue Cecilia. Me puso mal escuchar eso y traté de cambiar de conversación, pero él insistía con que lo habían golpeado”. (Edición del diario Clarín del jueves 19 de noviembre de 1992)

“… el móvil – o más bien el detonante que llevó al descontrol a este profesional de sólido prestigio en la conservadora sociedad de la capital bonaerense – fueron las “continuas y graves desavenencias familiares que arrastraba”.” (Edición del diario Página 12 del miércoles 18 de noviembre de 1992)

“… se encontró con los cuerpos de su esposa, Gladis Elena Margarita Mc Donald, de 57 años; su suegra, Elena Arreche de Mac Donald (86), y de sus dos hijas, Cecilia (26) y Adriana (24)…” (Edición del diario Clarín del martes 17 de noviembre de 1992)

Feroz crimen de una mujer, su hija, su madre y una amiga (Edición del Diario Clarín del lunes 28 de noviembre de 2011)
“Ricardo Alberto Barreda, un conocido odontólogo platense, volvió a su casa de dos pisos el domingo a la medianoche y se encontró con los cuerpos de su esposa, Gladys Margarita Elena Mac Donald, de 57 años; su suegra Elena Arreche de Mac Donald (86), de sus dos hijas, Cecilia (26) y Adriana (24) diseminados por varios ambientes de la planta baja, según denunció mas tarde a la policía.” (Edición del diario Clarín del …
“El único sospechoso es un karateca.” (Edición de Clarín del martes 29 de noviembre de 2011.)

 “… Las cuatro mujeres fueron encontradas muertas a escopetazos el domingo pasado en su casa de la calle 48.” (Clarín del miércoles 18 de noviembre de 1992)

“… sobre todo en el caso de las jóvenes, habría además señales de un escopetazo.”(Edición de Pagina 12 del martes 17 de noviembre de 1992)

“… La matanza duró pocos minutos y fue en pocos metros. (…)(Edición de Clarín del lunes 28 de noviembre de 2011)

“… Una discusión que tuvo el domingo 15, a la mañana, con su mujer, Gladys, y su hija menor, Adriana, habría sido el detonante que hizo estallar la masacre.”  (Edición del diario Clarín del domingo 22 de noviembre de 1992)

Barreda expondrá su versión de la tragedia en la que puso fin a su familia.”… (Edición del diario Página 12 del 24 de noviembre de 1992)

“… Una “explosión de ira”, atribuible a los celos que tenía por Bárbara, habría provocado la matanza de las cuatro mujeres. (…)” (Clarín del martes 29 de noviembre de 2011)
“... La masacre fue descubierta el domingo temprano por un vecino que vio correr sangre debajo de la puerta del PH en el tranquilo barrio La Loma. (…) (Edición de Pagina 12 del martes 29 de noviembre de 2011)
“… El vecino bioquímico, quien avisó al 911, alcanzó a ver los charcos de sangre y a las mujeres muertas, desparramadas entre el living y la cocina. También había platos rotos, cuchillos en el suelo y el palo de amasar como evidencia macabra. (…)” (Clarín del lunes 28 de noviembre de 2011)
“El testimonio resulta un soporte de la hipótesis del fiscal para atribuirle “agresiva celopatía” a la conducta del presunto matador”. (Edición del diario Clarín del miércoles 30 de noviembre de 2011.)
“Nunca existió un hecho de violencia, jamás hubo una agresión de él hacia ella, no hay ningún testigo en la causa que diga que la golpeaba o que la celaba públicamente. Reconoció, sí, que era celoso, pero como cualquier persona”, sostuvo ayer Beley, sobre su defendido.” (Edición del diario Página 12 del miércoles  de noviembre de 2011)

 “… El estudio hace reflexionar no sólo sobre esos crímenes, cometidos en su mayoría por las parejas de las víctimas, sino que ese espiral de locura y muerte tiene otra cara. Son las victimas colaterales de esta tragedia (…)

… El término femicidio fue lamentablemente ganando terreno en la sociedad. (…)”
““Evidentemente es un femicidio, esté o no como figura del Código Penal”, aseguró a este diario Susana Chirott, experta en violencia de género de la OEA. (… )La jefa del Gabinete de la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género (Consavig), Claudia Perugino … criticó la falta de un plan concreto de seguridad para la prevención de estos crímenes  que se basan en “la creencia histórica de que las mujeres estamos más en peligro estando en la calle, cuando en realidad los que más nos matan son nuestros afectos”.”

“Rastros y huellas del crimen(Página 12 del martes 29 de noviembre de 2011)

“Según el doctor Campo, el dentista Barreda le contó al juez que su mujer le dijo: “¡Andá, Conchita, y arreglá la parra, y ojalá te caigas y te mates!” (Edición del diario Clarín del viernes 27 de noviembre de 1992)

“…. Con referencia a la furia asesina expuesta por el autor de la masacre, el doctor Rojas Rodriguez dijo que “existe una ambivalencia en estos estados de paranoia, delirio y brote sicótico”.” (Diario Clarín, edición del miércoles 18 de noviembre de 1992.)

““Pudo haber tenido “una explosión de ira”, arriesgó ayer el fiscal Alvaro Garganta sobre el autor del cuádruple crimen platense.”…” (Página 12, edición del martes 29 de noviembre de 2011)

Lo que invita a reflexionar lo siguiente: Un lenguaje no sexista implica un enfoque feminista y de género, un cambio de paradigma, no el mismo paradigma patriarcal que usa palabras del feminismo.

Por eso, cuando hago mención a las rupturas discursivas, estas se hayan solo en la incorporación de los términos, no así en el análisis de la problemática que continua siendo el mismo.

Los medios, permanecen cómplices con el patriarcado al mantener el sentido sexista en sus notas aunque utilicen en ellas palabras feministas, lo que transforma a esto en una nueva estrategia de los medios de comunicación para continuar legitimando y perpetuando la violencia contra las mujeres.

Algunos artículos de Clarín y Página 12 que hacen referencia los feminicidios:

 Clarín, lunes 28 de noviembre de 2011. 1.jpg

interior, Clarin 17 de noviembre de 1992.jpg

Pagina 12, miercoles 18 de noviembre de 1992..jpg

Página 12, martes 29 de noviembre de 2011. 2.jpg


[i] El 15 de noviembre de 1992, en su casa, ubicada en la calle 48, pleno centro de la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina el odontólogo Ricardo Barreda asesina a escopetazos a su esposa Gladys McDonald (de 57 años), a su suegra Elena Arreche (de 86 años) y a sus dos hijas Cecilia (de 26) y Adriana (de 24), quienes eran odontóloga y abogada respectivamente.
Los asesinatos inmediatamente tuvieron  trascendencia. El feminicida recibió el apoyo de la sociedad y de los medios una vez conocido el hecho. Tal es la resonancia que generaron los feminicidios en la cultura popular  que se promovieron canciones, libros y programas televisivos dedicados a Barreda.
[ii] El cuádruple feminicidio de La Loma, ocurrió el 26 de noviembre de 2011 en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina. Repitiéndose nuevamente en dicha ciudad un cuádruple feminicidio y donde el principal acusado es un familiar,  en esta ocasión se trataba de la ex pareja de una de las víctimas. Las cuatro mujeres fueron asesinadas a puñaladas pero fue Bárbara Santos (29), ex pareja del sospechado de haberlas matado, Osvaldo Martinez, quién mas heridas recibió: 32. Además de ella fueron asesinadas su hija, Micaela Galle Santos (11), su madre, Susana Bartole (63); y la amiga de esta, Marisol Pereyra (30).
[iii] Las preguntas de mi investigación giraron en torno a: ¿Cómo nombran o construyen discursivamente los medios los casos? ¿De qué forma y en qué discursos aparece la categoría de feminicidio? Y ¿A través de qué estrategias discursivas se menciona en cada medio a los actores sociales involucrados (víctimas y victimarios)?

[iv]Tenía el 60% del cuerpo quemado. Internada desde el 10 de febrero en el Hospital del Quemado, falleció el 21 de febrero por las graves quemaduras que sufrió. Para que soportara el dolor estuvo en coma farmacológico desde el día que la internaron. Nunca pudo relatar lo sucedido. Su esposo Eduardo Vázquez de 33 años, fue detenido como presunto responsable del hecho y posteriormente liberado. De acuerdo a sus dichos fue un accidente en el medio de una discusión. Tras la muerte de Wanda Taddei su padre Jorge Taddei, se presentó como querellante en la causa. Declaró ante la justicia que la noche de la tragedia su nieto e hijo de Wanda Taddei un menor de 5 años, le contó que escucho a su madre decirle a Vázquez “Me vas a matar”. “El juez Daffis Niklison, tras evaluar que los elementos de prueba reunidos en el sumario eran insuficientes tanto para procesar como para desvincular al músico de la causa por presunta tentativa de homicidio de su cónyuge, dicto la falta de mérito y ordenó su "inmediata libertad”. Fuente: grupoemedios.com. En: OBSERVATORIO DE FEMICIDIOS EN ARGENTINA DE LA SOCIEDAD CIVIL “ADRIANA MARISEL ZAMBRANO” Informe de Investigación de Femicidios en Argentina 1º de enero al 30 de junio de 2010.




lunes, 18 de septiembre de 2017

EL ESPECTACULO DE LA INTIMIDAD. LA PRIVACIDAD PÚBLICA.-


Por Dra. María Eugenia Orbea.-
Secretaria.-
FUNDACIÓN ACTIVISMO FEMINISTA DIGITAL.

            Los avances tecnológicos que hemos experimentado en el último decenio sin duda alguna han sido de incuestionable relevancia, ocasionando una revolución que ha trascendido y modificado los ámbitos social, económico, político y personal. Sin embargo y mas allá de los beneficios innegables, según como ha sido canalizada la voluntad humana, también hemos venido observando enormes perjuicios y daños ocasionados, que sirven como punto de partida y desafíos para el Derecho, por las precisiones que deben existir al momento de legislar o aplicar la normativa vigente a cada caso en particular. Incluso se ha instalado un  debate mucho más profundo: ¿qué nos pasa cuando usamos el sufrimiento ajeno como alimento para nuestra curiosidad? ¿qué razones nos han llevado a arrasar con la intimidad ajena en pos de nuestro entretenimiento?.-
            Lo cierto es que la intimidad develada al público sumada a las falencias (tanto legislativas como por falta de capacitación de nuestrxs jueces y juezas), ponen en alto riesgo de vulnerabilidad a las víctimas, generando una gravísima indefensión desde que se utiliza el vehículo de las nuevas tecnologías para violentar los derechos recogidos en nuestra Constitución –a la privacidad, a la intimidad, al honor, a la imagen, etc- los que son inherentes e inalienables a toda persona.-
            Nadie se atrevería a cuestionar que todxs gozamos de los derechos anteriormente mencionados; sin embargo a la hora de la práctica dicho predicamento se diluye, mostrando la cara más voraz de la actual sociedad de la información, especialmente ensañada con las mujeres (entre otros colectivos vulnerables). Patentizada así a través de un claro discurso de odio que indirectamente busca disciplinar a la mujer; coadyuvando a su reducción a una mera mercancía al servicio del falocentrismo; perpetuando el patriarcado contemporáneo, la misoginia y la extorsión de forma vejatoria; como modo de desacreditar las conquistas alcanzadas principalmente en punto a la libre sexualidad femenina.-
            En nuestro país uno de los primero casos -tristemente célebre- que ha ocupado durante meses tapas de medios gráficos y ha alimentado los programas amarillos de TV, es el de la conocida actriz Florencia Peña, a quien se le sustrajo y posteriormente se dio amplia difusión de un video íntimo con su entonces marido. En estos momentos se encuentra en una etapa crucial y decisiva del proceso judicial incoado con motivo de la flagrante violación de su intimidad. La circunstancia que la noticia sobre el video que le fuera sustraído y difundido precediera a las noticias sobre su prolífera y ascendente carrera, nos da una pauta que el aforismo y viejo refrán “no hay mal que dure cien años”, ha quedado vacío de contenido en la actual era 3.0: el mal se genera, se multiplica y se recicla por toda la eternidad.

La actriz Florencia Peña, víctima de la difusión no consentida de imágenes íntimas, se ha sumado al activismo contra este flagelo.

           A más de 5 años de explotada la noticia, la misma continúa siendo una marca imborrable para la víctima, pasando a ser parte de su identidad digital.
            Pretendo abrir el debate a reflexión sobre las fronteras de lo público y privado en la red, conceptos que sin duda alguna han mutado desde la irrupción de las distintas plataformas digitales donde se estimula la ostentación de lo privado, al mismo tiempo que se lo censura y condena, en una suerte de doble moral sexual permisiva con los hombres y represiva para las mujeres. De esta manera se apela a la extrema sexualización de la imagen de la mujer para colocarla luego en el blanco de ataque, recurriendo a prejuicios que mancillan el honor de la misma. Y en este sentido en referencia puntual al caso supra citado, a poco de haber sido subido a distintas redes sociales el video antes mencionado, muchos medios televisivos ayudaron a promover el consumo de dichas imágenes en vez de enterrarlas para que la actriz pudiese ejercer su derecho a la intimidad; ello con el agravante de los títulos anodinos bajo los que se promocionaba “LA PRIMICIA”, adicionando un condimento morboso y perverso que es el de “saberlo todo”: la información es más buscada mientras más íntima y profunda sea. De hecho las nuevas tecnologías han transformado radicalmente la prensa, dándole un poder muy importante que es el de controlar, vigilar, indagar y a veces gobernar.-
            Lo sorprendente es que aquí no se trató de un caso de una figura reconocida cuya imagen fuera captada en un lugar abierto al público -donde no hay escapatoria de la mirada ajena- o apartado -donde el personaje podría llegar a tener cierta expectativa de privacidad-; ni siquiera que hubieran sido obtenidas de un modo subrepticio mediante el empleo de drones o teleobjetivo; este material ha sido captado en la intimidad de una pareja, o sea resultan imágenes para ser reservadas a las dos personas que allí se encontraban sin ningún interés noticiable que justificara su difusión. Sin duda acá hay un límite entre lo público y lo privado que pareciera ser indiscutible y sin embargo, su difusión aún no ha encontrado una adecuada respuesta judicial para los efigiados, quienes aún continúan debiendo soportar la curiosidad lasciva ajena inmiscuirse en su desarrollo cotidiano, restando dignidad a su existencia ante la denigración de la que es víctima.-
            No podemos perder de vista que estas prácticas cada vez más difundidas, tienen consecuencias en el mundo Offline y han llegado a extremos en que las victimas se han suicidado, han debido mudarse, han perdido su trabajo e incluso han llegado a padecer cuadros de ansiedad, depresión, pérdida de autoestima, trauma, humillación, fobia social, en los casos más leves. Resulta de capital importancia que nuestrxs jueces al momento de elaborar un juicio de ponderación tengan en cuenta el incremento del disvalor de la conducta lesiva, con suficiente autonomía conceptual, por ser multiagresiva de varios derechos (honor, intimidad e imagen, etc) ya que habitualmente éstos son confundidos por nuestrxs magistradxs y privándolos de la necesaria independencia indemnizatoria y el tratamiento individualizado; todos los derechos que pueden ser afectados mediante estos actos dañosos suelen entonces terminar en una única interpretación generalizada dentro del ya conocido “daño moral”. Este es uno de los mayores desafíos de los tiempos actuales dado el acartonamiento de las mentes judiciales y la regulación anacrónica. En este sentido lejos de satisfacer la necesidad actual, frente al desarrollo gigante de las TIC, han quedado obsoletos los precedentes de Nuestro Máximo Tribunal tales como “Menem”, “Ponzetti de Balbín” y “Campillay”, casos en los que nuestra Corte ha seguido la teoría de la real malicia como pauta interpretativa, apontocada e inspirada en el leading case norteamericano “New York Times vs. Sullivan”.
            Hoy estos fenómenos lanzan una multiplicidad de interrogantes que el derecho -por la extensa dinámica casuística- no consigue acompañar, manteniéndose en la retaguardia, tornándolo ineficaz.-
            Sólo mediante este debate podremos hacer un uso consciente, inteligente y responsable de las redes sociales.-
            Sin duda los personajes con cierta notoriedad, desde siempre han sido el foco de atención de la prensa y los distintos medios de comunicación tanto gráficos como audiovisuales. Sin embargo hoy en día, con el desarrollo a pasos agigantados del entretejido digital, dichas personas se encuentran cada vez mas cercenadas y limitadas en su privacidad; recaban la atención no sólo del periodismo sino de cualquier tercerx que disponga de la oportunidad de retratar, apoderarse o divulgar información de lxs mismxs.-
            Muchxs justifican el creciente voyeurismo digital basado en la autoexposición de lxs mismxs a los fines de publicitar sus actividades. Sin embargo esa visión resulta parcializada y extremadamente simplista, allende su gran peligrosidad. Esto, por dos cuestiones medulares: 1) Hay un interés subyacente y oculto detrás de dicha falaz premisa, que no es ni más menos que la comercialización de la privacidad y el lucro con la intimidad ajena; y 2) Afirmar ello, implicaría tanto como proscribir a los personajes públicos del reconocimiento de derechos personalísimos de que gozan, sin diferencia alguna del resto de lxs mortales.
            Creemos que la autoexposición es parte de la autodeterminación informativa. En razón de ser la propia persona la que retiene el control sobre las facetas de su vida que desea brindar a tercerxs. Esto bajo ningún concepto puede entonces ser un justificativo para desapoderarla del dominio de otras facetas que hubiera decidido reservar para sí. Sostener lo contrario implicaría olvidar que lxs famosxs también son individuxs con sentimientos y derechos que le son reconocidos en razón de una carta magna que no hace distinción moral ni gradúa la protección de derechos según la persona. Ello sería discriminación.-
            Debemos entender que tanto en el caso traído a colación como en el de cientos otros que se suceden diariamente, la imagen de una persona es captada o publicada sin su consentimiento privándola del derecho a decidir sobre su destino; tanto para consentirla como para impedirla; para avalar la reproducción de la representación de su aspecto físico, -determinante de una plena identificación máxime en el caso de personajes públicxs, lxs que resultan fácilmente identificables por su fisonomía o rasgos característicos.
            El derecho fundamental a la propia imagen no prescribe y no queda condicionado por la circunstancia de que en ocasiones pasadas, le titular del derecho hubiera otorgado su consentimiento para la retratación de su figura o no hubiera reaccionado frente a una reproducción no consentida; ello pues a cada persona y sólo a ella, corresponde decidir en cada momento sobre dicho tratamiento con el fin de preservar su esfera personal y con ello el valor fundamental de la dignidad humana. Sostener lo contrario implicaría otorgar a terceras personas un poder ilimitado sobre cualquier aspecto de la vida privada de aquellxs con proyección pública, reduciéndoles en meros objetos de la industria del entretenimiento.-
            El quid del problema deviene sin ambages de confundir el interés público que justificaría una intromisión en la intimidad de una persona, con el interés del público o interés mediático. Parecería un simple juego de palabras, pero sin embargo es una diferenciación que evitaría injerencias en la vida ajena, como si la vida privada se convirtiera en una especie de reality show masivo y con ello, en la mutilación innecesaria de la intimidad de una persona en pos de un simple pasatiempo morboso.
            Tal y como acontece desde un tiempo a esta parte, la red se ha convertido en un espacio donde todo vale, mientras que la intimidad exhibida sea la de le otrx y principalmente la de las mujeres, cuya difusión de imágenes no es más que una forma de violencia contra las mismas.- Todo ello supera con creces el siniestro panóptico de Jeremy Bentham, donde que se llegaba a la constitución de una sociedad consumista minimizando la identidad de las personas.
            La comunidad femenina es culpabilizada de las violencias que sufre; se convierte cada denuncia de violencia de género contra una famosa en un espectáculo del chimento o en el show de la perimetral y cada femicidio, en una escena que desborda morbo. En este marco debemos ver con preocupación la inquietante vinculación que reina entre la normalización de las conductas violentas en el entorno de las mujeres y el importante papel de las nuevas tecnologías como herramienta de difusión del discurso de odio.-
            En nuestro ordenamiento, la vida privada de lxs individuxs se encuentra amparada y reconocida constitucionalmente (art. 18, 19, 75 inc. 22 de nuestra Carta Magna), teniendo acogida asimismo en la normativa fondal civil y la ley de propiedad intelectual 11.723. Asimismo en el ordenamiento penal encontramos figuras como la violación de domicilio, la de correspondencia privada (arts. 151 y ss), la violación de secretos (arts 153 a 157 CP) etc, las que frente a las modalidades delictivas actuales han quedado obsoletas, contribuyendo así a la proliferación de casos como el aquí analizado; a favorecer la indagación malintencionada o mofa; a profundizar la injusticia y a premiar a los traficantes de la intimidad.-
            Como corolario debemos tomar conciencia de los usos nocivos y abusos que ejercemos a través de los medios digitales, que han convertido a la red en un ámbito de desinformación, ataque, falta de respeto, agresión, violencia y especulación. Solo de esta manera podemos limitar dichas conductas dañosas; revalorizar a las personas y descosificar a la mujer como objeto de entretenimiento ya que lo dicho es un problema cultural: ni técnico, ni legal, sino CULTURAL, donde las nuevas problemáticas deben ser replanteadas en el marco de la vitrina de internet.
            La eclosión de internet ha modificado sustancialmente nuestras vidas, ya que nuestros actos ya no trasuntan al entorno inmediato, sino que se manifiestan en múltiples planos. Los males que han venido por añadidura no son culpa de las plataformas digitales, sino de lxs usuarixs. Frente a la violencia desplegada por la comunidad digital, es que la mujer pide a gritos mecanismos de defensa, empezando por algo tan básico como la educación de sus pares, en una sociedad apática donde lo que se consume es la intimidad ajena y la violencia. Necesitamos poner fin al lema “todo vale”.-


jueves, 10 de agosto de 2017

REDES SOCIALES Y ABUSO SEXUAL

Por Dra. María Eugenia Orbea, Secretaria de la Fundación "Activismo Feminista Digital". Abogada UNLP.*

El domingo 30 de julio se viralizó un video en el que 4 hombres abusaban de una mujer, en tanto otro de ellos filmaba, porque pensaron que sería “divertido reírse y hacer bromas” mientras se frotaban sus genitales contra la mujer inconsciente que tenían frente a sí. Las incipientes estrellas involucradas fueron: Lucas Castel, Yaco Cabrera, Fabri Lemus, Gonza Fonseca y Dude Vlogs (quien filmó la situación y la viralizó dos años más tarde de acontecidos los hechos).-
Las imágenes fueron compartidas en todas las redes sociales, recayendo también en los medios de prensa gráficos y audiovisuales, quienes enseguida se hicieron eco de la noticia, aunque no precisamente para la condena de los abusadores. Así las cosas y a poco tiempo de subido al Canal Youtube, comenzaron a proliferar cientos de comentarios sexistas atacando a la víctima, originando como en tantos otros casos, un verdadero bullying sexual, teledirigido hacia ella con precisión de franco tirador.-
Lamentablemente estos casos no son aislados, por el contrario, resultan cada vez más frecuentes y me atrevo a decir, endémicos. Los videos de abusos y violaciones grupales,  patentizan la brutalidad de la violencia machista como máxima expresión de la barbarie misógina que considera a la mujer como un objeto o trofeo que puede ser poseído y vejado por los hombres, digno de ser mostrado a la comunidad entera como una verdadera proeza. El mensaje transmitido por estos youtubers, es sumamente peligroso, porque da a entender que el cuerpo de la mujer es en sí mismo una invitación y una provocación, máxime cuando miles de chicas “quisieran estar allí” por ser ellos “youtubers famosos” que eligen a las “privilegiadas” (el entrecomillado corresponde a los dichos vertidos por los participantes de este aberrante hecho a su víctima).-
El caso citado, resulta por demás preocupante desde múltiples aspectos:
- Por un lado, porque incluso después de darse a conocer las imágenes, los abusadores, sostienen que “no ven” que hubiera habido abuso.
- Por otro lado, porque comenzaron un despliegue fenomenal de discursos propios del macho alfa que no quiere perder sus privilegios, minimizando el delito al sostener que fue una “broma” porque estaban “con tremendo pedo mal” (sic Gonza Fonseca) hecho que pareciera desdibujar su responsabilidad, al mismo tiempo que resulta el principal argumento para condenar a la víctima, trasladando la culpa a la misma con frases tendientes a poner en duda su palabra como “Salir a embarrar a alguien con mentiras” (sic Yao Cabrera).
- Y finalmente, porque mientras se reproducían hasta el infinito las imágenes de la víctima tendida en la cama a merced de sus “graciosos” victimarios, estos hijos sanos del patriarcado, desfilaban por innumerables programas de TV, excusándose de sus actos, y continuando con sus burdos chistes sin gracia, juego al que se prestaron no sólo los medios sino la comunidad digital entera.-
Así han proliferado los mensajes de apoyo de los fans hacia los acusados de abuso, incluso después de haber visto las imágenes, dirigiendo sus dardos de furia contra la víctima, por haberse metido en esa habitación, cual si ello diera un bill de indemnidad para que los demás hicieran con ella lo que se les viniera en gana y hasta la han tildado de prostituta. A la par de la dilapidación mediática de la abusada, a estos ocurrentes personajes se les ha dado espacio en todos los canales de televisión, han desfilado por cuanto programa hay, con la excusa de poder brindar su descargo y versión de los hechos. Se les dio la posibilidad de justificar su violencia. Y los medios compraron y enaltecieron una vez más la denigración de una mujer. Basta con observar cómo fue levantada la noticia y las leyendas que se encarnaban en las pantallas mientras se transmitía la misma: “Circula un video que exhibe a cuatro youtubers, supuestamente abusando sexualmente de una joven”, “la chica que aparentemente aparece siendo violentada, ha revelado que no fue abusada sexualmente” “no pasó a mayores”, es decir, que se ha llegado al dislate no sólo de descreer de la palabra de la mujer sino de las propias imágenes que se reproducían.-
La conjunción de los eventos relatados permiten apreciar lamentablemente como se defiende públicamente a estos jóvenes violentos “devenidos en celebridades”  y se condena a su víctima simplemente por la reputación y el perfil público de sus agresores. A diferencia de lo ocurrido cuando salieron a la luz los abusos cometidos por Cristian Aldana, y la reacción de sus colegas, aquí no ha salido un solo influencer a condenar la aberración de sus co-equipers. Resulta más elocuente mantenerse en la gracia y beneplácito de los mismos que en los efectos que las victimas puedan sufrir debido a la agresión sexual padecida. Pese a que hay pruebas en video de una chica inconsciente siendo atacada sexualmente por 4 hombres, los medios de comunicación parecían estar muy consternados por la prominente carrera de estos abusadores en las redes sociales, en lugar de estarlos por la victima. Todos mencionan como ha afectado esta viralización a  sus vidas, ninguno ha siquiera atisbado a pensar en cómo con sus actos cambiaron la vida de la joven.-
Demasiados hombres, y estos no son la excepción, guían sus encuentros con el sexo opuesto sin tener en cuenta el consentimiento, considerando actitudes como compartir un espacio, entrar a una habitación de un hotel donde se había llevado a cabo una fiesta, como un invitación por parte de la mujer de hacer con ella lo que quieran. Esta postura, que es la de la mitad de la población, conlleva a que frente a la denuncia por abuso, el misógino apelará a su fama, al apoyo de sus seguidores, al sostén de las marcas que los patrocinan, que prefieren hacer la vista gorda frente a hechos tan graves con tal de no perder la difusión de sus productos a través de estas estrellas de las redes sociales.-
El discurso utilizado para exonerar de toda responsabilidad a estos “capos” del humor es el paradigma de la Rape Culture, son  jóvenes que divierten a sus pares con sus simpáticos videos, su futuro es brillante y no merece ser arrebatado por un conjunto de mujeres que se han atrevido a mostrarle al mundo que son unos violentos abusadores. En casos como estos en los que los perfiles de los agresores es alto, la reputación del abusador parece ser aún más importante que la de la víctima. En el mundo de las redes sociales, estos personajes creen que se les debe sexo simplemente en virtud de su popularidad, por ser seguidos por un puñado de fans, los mismos que probablemente ante la evidente falta de talento, mañana los olvidará como hoy los idolatra.-
No llama la atención la defensa acérrima efectuada por sus seguidores frente a la apropiación no consentida del cuerpo de su víctima inconsciente. Esto es la cultura de la violación que resalta los privilegios masculinos en detrimento de las mujeres, privilegios que se agigantan con la fama y la popularidad. Una clara muestra del poder del heteropatriarcado capitalista.-
¿Por qué hablo de preocupación? Simplemente porque las mujeres continuamos teniendo que vivir nuestras vidas en el marco de una sociedad que justifica la constante violación vejatoria de nuestros derechos y libertades, siendo cuestionadas por nuestra forma de vestir, tomar, andar; siempre la culpa es de la víctima. Así la sociedad continúa reproduciendo discursos como “ella lo provocó”, “así vestida que esperaba que le pasara”, “a quien se le ocurre caminar a esa hora por la calle”, “ella se expuso al ir ahí” “quería llamar la atención, por eso denunció”. Nadie cuestiona al violento. Y de esto somos todos responsables, porque muchas veces ni siquiera el abuso o la violación resulta lo peor, sino todo lo que sobreviene después, donde se cuestiona, mansilla, ataca y degrada a la víctima. Aterroriza la impunidad con que se manejan los agresores, cómo consideran los abusos una diversión que debe ser mostrada al mundo para veneración de sus seguidores y el blindaje que les da la comunidad, como si abusar fuera un derecho lícito de los hombres al ser provocados o rechazados por una mujer.-
La cultura patriarcal capitalista continúa siendo la herramienta primordial para ejercer violencia contra las mujeres, y sus principales bastiones son la normalización y legitimación de dicha violencia llegando a la aberración de trivializar los abusos y violaciones, todo lo que conlleva a que la víctima se sienta estigmatizada y por tal se mantenga en silencio para evitar su revictimización o su exposición a una acusadora visión social, que coloca en su cabeza la culpa de su propia violación. Ello por cuanto desde la infancia se nos educa en cómo cuidarnos para no ser agredidas ni violadas, en vez de educar a los hombres a no ser violentos, a respetar el consentimiento y autodeterminación. Han sido criados en una sociedad que les dice que transgredir los límites de una mujer no tendrá consecuencias graves, porque en el fondo, la mujer se lo ha buscado. En este caso los agresores se burlan de su víctima, y el público ha utilizado esas mismas imágenes para humillarla. Vivimos en un mundo en que es más vergonzoso ser abusada que ser un abusador.-
Los medios de comunicación y las redes sociales están perpetuando las actitudes violentas al minimizar la gravedad de los abusos, considerándolo incluso como una prerrogativa masculina, festejando a estos imberbes cual si fueran héroes, cuando en realidad no son más que un puñado de primates irracionales que ni siquiera pueden controlar sus impulsos libidinosos.-
Hombres, ¿sexo fuerte? Definitivamente no. Son tan débiles que para sostener sus privilegios, deben recurrir a la violencia para infundir temor. Sus inseguridades se traducen en estrategias atemorizantes sin las cuales jamás podrían imponerse. Las vejaciones a la mujer no son más que una forma de adoctrinar a la misma a través de las más atroces prácticas sexuales forzadas, el odio canalizado a través del terror que provoca en sus víctimas. Los abusos son un delito de poder y dominación, y las redes sociales y los medios de comunicación una forma de perpetuar y reafirmar dicho poder, diseminando hasta el infinito el daño ocasionado a la mujer, por cuanto dan lugar a ofensas vertidas a mansalva desde la comodidad de su celular o escudado detrás de un monitor que le brinda anonimato e irresponsabilidad por sus dichos y ataques. Así las cosas, lo que antes resultabas ser un hecho traumático que la víctima padecía en forma privada, ahora se ha convertido en un espectáculo de humillación pública, con una comunidad hambrienta de consumir prácticas  sádicas.-
La incapacidad para admitir que las acciones viralizadas fueron un abuso, y personifican lo que significa vivir en la cultura de la violación, no hace más que perpetuar la violencia contra la mujer en todas y cada una de sus demoníacas formas.-
Ahora bien, podríamos preguntarnos qué podemos hacer para comenzar a desarmar esta cultura de la violación. Claramente la solución no está en condenar la conducta a través de las redes sociales justo antes de continuar mirando memes, y dejarlos libre de culpa y cargo del delito que han cometido. Pero allende la actuación de la justicia (igualmente guiada bajo los parámetros impuestos por el androcentrismo), bien podríamos adoptar la misma postura que se asumió desde el ámbito del rock frente al caso de Cristian Aldana, donde también se dieron múltiples abusos desde su posición de “ídolo”. En aquel entonces, conocidos los abusos y violaciones cometidos por el mismo, sus pares (hombres integrantes de otras bandas de rock), como muestra de solidaridad hacia sus víctimas, se negaron a compartir escenario, e incluso sus propios compañeros de banda lo expulsaron de la misma, sin perder su credencial de HOMBRE. Dicha postura, habla de una visión masculina que no teme perder sus privilegios, como así tampoco ve a la mujer como una cosa de su propiedad. Posicionarse de forma pública como lo han hecho estas bandas, coadyuva a evitar la reiteración de los hechos y permite vislumbrar incipientemente el inicio del destierro de la cultura de la violación y es precisamente el comienzo del camino que debiéramos empezar a desandar. Ello traspolado a estos sucesos, debería implicar dejar de tratar a estos seres como los capos del show, y tomarlos como lo que realmente son: VIOLENTOS ABUSADORES, que deben ser condenados por sus fechorías tanto judicial como socialmente retirándoles el apoyo de marcas que los financian en repudio por su conducta misógina.-
Como sociedad tenemos una deuda pendiente, que debe ser saldada a la mayor brevedad posible si no queremos seguir lamentando muertes aberrantes, y el desafío es desmantelar la arquitectura del pensamiento misógino y barbárico despreocupado por los derechos y seguridad de la mujer. Educar a la población desde una perspectiva de igualdad de valor y derechos. Educar a los hombres a respetar a las mujeres y educar a las mujeres a ser responsables sólo de sus conductas y no culpables de las de otros.-
No es un juego, no es inmadurez, no son graciosos, no es una travesura. ES UN ABUSO SEXUAL Y ES UN DELITO.-


miércoles, 8 de marzo de 2017

Degradada por su ex pareja a través de Facebook


*Compartimos la nota publicada en el día de ayer en el diario "Crónica", donde se brinda testimonio de la violencia sufrida por nuestra compañera Marina Benitez Demtschenko de parte de su ex pareja. Repudiamos el accionar del imputado Sebastián Masi, y exhortamos a las autoridades e instituciones responsables, a investigar y sancionar estos aberrantes hechos.-


Degradada por su ex pareja a través de Facebook

Por despecho, él le pacta citas sexuales a nombre de ella para vengarse. Lo hace a través de las redes sociales. La víctima reconoció que se siente desesperada: "Tengo miedo porque no le ven la dimensión del daño que me hizo, me destrozó la vida, debí mudarme, cambiar de trabajo, y las autoridades no lo ven".


martes, 7 de marzo de 2017

POR QUÉ PARO EL #8M?

Porque en lo que va de este 2017, cada 18 hs. muere una mujer en manos de la violencia machista, asesinada por su marido, su novio, su ex, su padre.... 

Porque las mujeres ganamos en promedio un 27% menos que un hombre en el mismo cargo o puesto de trabajo.

Porque cuando sos mujer y te presentas a una entrevista de trabajo, te preguntan si tenes pensado tener hijos, y eso te condiciona para acceder a un puesto aunque seas idónea.

Porque en algunos trabajos, aunque seas una mujer calificada (y aún sobre calificada) para un puesto, no te toman por el solo hecho de ser mujer.

Porque cuando denuncias que fuiste o sos víctima de violencia machista, de cualquier clase que sea, siempre te ponen en duda.

Porque si después de recibir una paliza o una amenaza de muerte, te animas o podes escaparte hasta la Comisaría para hacer la denuncia, corres el riesgo de que no te crean, o te digan que "esas son cosas de pareja", "seguro fue un malentendido"... 

Porque en la mayoría de los casos, la justicia demora días (SEMANAS) en dictar una medida cautelar que proteja a la denunciante, y en muchos casos no creen en la gravedad de lo que se denuncia.

Porque iniciar una denuncia ante la justicia, en un marco que debe ser protectorio, implica un eterno peregrinar en Juzgados, Defensorías, y Comisarías.

Porque si conseguiste una restricción perimetral, y el denunciado no la cumple, cuando llega la policía la respuesta es "Señora no podemos hacer nada"... y nadie te informa que podes denunciar por el delito de DESOBEDIENCIA.

Porque si conocías tus derechos y denuncias la DESOBEDIENCIA, hay Fiscalías que tardan mas de un mes en darle curso, mientras tu agresor continúa amedrentándote. 

Porque quiero caminar libre por la calle, esperar el micro en paz, o tomarme un taxi tranquila, sin tener que escuchar "piropos" indeseados, y sin tener que mandar mensajes avisando que "estoy en camino" o "ya llegué", ante el temor cierto de que tal vez algún día no llegue a destino.

Porque no quiero que haya mas víctimas de violencia sexual, ni física de ningún tipo solo por ser mujeres. 

Porque no quiero que ante el lamentable próximo femicidio, se esté cuestionando "qué ropa tenía puesta la víctima" o que clase de vida llevaba, en lugar de hacer hincapié en el victimario.

Porque quiero que cada mujer pueda decidir sobre su cuerpo, acceder a educación sexual adecuada, y planificar su vida familiar si así lo desea, de la manera que mejor le parezca.

Porque no quiero mas muertas por aborto clandestino, solo por ser pobres y no poder acceder a una intervención segura en un establecimiento médico privado.

Porque quiero que se respete el sentido de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, que no nos celebramos por una condición biológica azarosa, sino que conmemoramos una lucha histórica por la reivindicación de nuestros derechos.

Porque quiero que pare esta escalada de violencia y crueldad hacia las mujeres.

Porque no quiero mas muertas por violencia machista.

Porque no quiero que un botón antipanico o una restricción perimetral lleguen después de ocurrido el femicidio.

Porque quiero el mismo nivel de indignación social por la agresión a una mujer que el que se tiene por una pared o un patrullero pintado.

Porque exijo al Estado que se haga responsable de las víctimas de violencia de género.

Porque nuestras vidas valen. Tenemos derechos y exigimos que se cumplan y se respeten.

A todx el que no entienda, no comprenda o le parezca una pelotudes el paro, el reclamo, que el movimiento feminista no lx representa, que "hay otras formas de reclamar", los invito a leer, a informarse, a hablar con las mujeres que día a día recorren juzgados y comisarías, que concurren golpeadas o violadas a salitas o guardias de hospital; hablen con lxs hijxs que se quedaron sin madre, con los familiares de las víctimas, y así van a comprender que no hay otra forma de reclamar, que no hay una manera correcta de exigir que dejen de golpearnos, violarnos y matarnos. 

Cada uno de los motivos que enumero (y seguro me olvido de muchos) tienen un sentido además del reclamo; conozco mujeres que han atravesado por lo menos alguna de estas injusticias. Lo ví, lo viví, las acompañé y acompaño en esto. Y esto no va a parar si no empezamos a visibilizarlo.

No se trata de un invento o un capricho, es un reclamo justo y real. Y cada vez somos mas, porque sólo la unión y la sororidad en la lucha van a hacer posible una sociedad justa.

Porque ante la violencia machista, la única respuesta es MAS FEMINISMO.

Julieta Luceri (abogada UNLP)